Yo, Amenofis Fernández, en pleno uso de mis facultades mentales, habiendo alcanzado la avanzada edad con la que cuento ahora mismo, y con la intención de que nada de lo que pudiese dejar atrás en mi azarosa vida se constituya como freno a todos los que conmigo tropezaron, vengo a redactar mis últimas voluntades y testamento, y así, dispongo que al producirse mi óbito todos sepan que a mi muerte
LO DEJO TODO