martes, 8 de mayo de 2007

El baño

Pues resulta que con esta cagada he ganado el prestigioso Certamen Literario "Albanta", y man dao un precioso trofeo (gracias, Heart) y además creo que me voy a colocar una corona de laurel .... No siempre pasan estas cosas, qué coño ...



El baño

El pestillo costaba trabajo cerrarlo. Como casi todo lo de aquel piso de estudiantes estaba viejo, o mal cuidado, o ambas cosas a la vez. Limpió el asiento de plástico azul con la portada de “El País”, y se sentó a “plantar un pino”, como le gustaba decir a Miguel, el estudiante de Peritos que compartía covacha con él.

En sus manos, el "interviu" de la primera semana de septiembre. Pasó por los artículos de Uganda o la entrevista a Enrique Tierno mientras apretaba el estómago recientemente castigado por aquella infumable mezcla que en el comedor universitario llamaban “potaje de pueblo”.

Los gases del tocino y de aquel pedazo de chorizo de color rojo cochinilla salieron simultáneamente expulsados por sus orificios superior e inferior. El eructo apagó el ruido del pedo previo a la que sería, sin duda, una de las mejores cagadas de aquella semana. El yogur recién caducado de anoche seguro contribuiría un poco a la buena marcha del evento. Mientras descargaba sobre aquella taza no pensaba en nada.

Imposible pensar durante ese acto supremo de humanidad. El más democrático de todos, como le recordó la pintada que hizo la noche anterior, la típica juerga de cuando salían de las reuniones de célula, “Si la mierda costase dinero, los pobres nacerían sin culo”, la sonrisa se convirtió en mueca cuando hizo el gesto final. El olor acre y cálido inundó la pequeña estancia, miró satisfecho el fruto de su esfuerzo y buscó algo más suave que las manifestaciones de aquella semana para frotar su peludo trasero. No había nada, así que se tuvo que conformar con los anuncios por palabras.

Tiró de la cadena esperando que el pobre caudal pudiese con todo lo allí colocado, vano intento, tendría que esperar a que la cisterna cargase de agua para eliminarlo todo. En ese momento, con el vientre en mejores circunstancias, se fijó en aquella niña que cantaba Tómbola hacía pocos años. Qué manera de crecer, qué cuerpo, qué cara, qué fotos. Qué erección juvenil tan espontánea, qué ganas de meneársela y hacerse “un completo” en el baño, cagada, meada y paja.



Con la revista abierta apoyada en el suelo comenzó a meneársela imaginando a Marisol de pie, apoyada en el quicio de esa ventana, esperándole para ser follada. Mientras la oía cantar “la vida es una tom, tom, tómbola” a cada golpe de “tom” subía y bajaba el prepucio, cada vez más cerca de correrse junto a ella. En las pajas siempre se corre uno junto a ella.

Cuando notó el esperma subir se levantó y se giró hacia la taza, para escupir dentro. El líquido blanco brotó para golpear contra la mierda y el papel manchado. Gotas blancas sobre fondo marrón. Satisfecho tiró de la cisterna por segunda vez que, ahora sí, consiguió eliminar casi todo lo depositado. Se subió los calzoncillos y el pantalón, sin dejar de mirar a Marisol, la notaba cansada, aquello mismo lo había hecho esa semana en miles de casas de toda España ...

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