miércoles, 20 de junio de 2007

He visto árboles verdes

Si estuviésemos contando una historia de amor eterno hablaríamos de como la rutina, el trabajo, su mujer, los niños, el partido de tenis del fin de semana, su amante, su novela nunca acabada pasarían ante sí en sucesión inanimada, en un nivel de inferior conciencia en el que dominaría, casi todo el tiempo, la imagen de aquella madonna etérea y visceralmente física. La realidad era que la había casi olvidado cuando recibió un sms, el primero desde aquella tarde en la Torre Eiffel ... “He soñado contigo. No m preguntes xq. M empujaste contra el árbol, bss. D. ”

De repente, los ojos verdes, la melena rubia, las mejillas sonrosadas después del amor, su cuerpo desnudo y desparramado en aquella habitación de Montmartre volvieron con súbita energía a su memoria. Dana, la misteriosa francesa-española estaba, de nuevo, a su lado.


Antonio, el maduro interesante, leyó y releyó el mensaje mil veces, llamó a aquel número durante todo el día, siempre sin respuesta. Ha soñado conmigo y no quiere hablar conmigo. ¿Es ella? ¿Puede ser otra “D”?

Esa noche le costó dormir más de lo habitual. Antes de acostarse se masturbó recordando aquellas escenas vividas en París. Pensó que le relajaría pero no fue así, no dejó de soñar, despierto y dormido ...

- Deja eso, deja eso. No hace falta que laves el coche, ¡estamos en el campo ¡ - Dana disparaba la manguera contra el todo terreno alquilado que les subió hasta aquel campamento de montaña.

- El coche está muy sucio, ¡siempre serás un vieux cochon ¡

Seguía limpiando el coche, con la esponja y la manguera, haciéndole rememorar las clásicas imágenes de concurso de camisetas mojadas. Cuando le dirigió el chorro a él, a toda presión, el maduro interesante le gritó con tan malas maneras como sólo él sabía hacer ...
- ¡Niñata, imbécil! Compórtate como una adulta, deja de jugar con la puta manguerita.


Dana soltó la manguera y fue caminando hacia el árbol, dándole la espalda y, evidentemente, enfadada. Se acercó al tronco y apoyándose miraba al horizonte, justo hacia la parte del mundo donde no estaba Antonio. Cuando él se acercó por detrás y le tocó el hombro se lo quitó de encima con un gesto brusco, sin dejar de mirar a ningún sitio. El maduro la giró con fuerza, empujándola hacia el árbol y hasta tropezar con sus ojos verdes incandescentes de furia. Diez segundos después intentó besarla en la boca.

- Ahora no – Se apartó y caminó hacia las cabañas, a reunirse con el grupo. Pronto la oyó reir y bromear con los que andaban preparando la comida.
La noche sería de luna nueva, propicia para ver estrellas, cielo de verano, noche oscura y montaña eran la combinación ideal para tumbarse a disfrutar de la astronomía. Esa al menos, fue la intención manifestada cuando le sugirió alejarse del campamento “para que las luces no nos estorben”. Una botella de vino, linterna, los prismáticos, una manta y olvidarse de invitar a los compañeros de acampada fueron los preparativos para un paseo por las estrellas ... o quizá no fuese para tanto.
Unos cientos de metros más allá, en un pequeño claro entre árboles colocaron la manta en el suelo. Él, supuesto experto astrónomo se sentó a explicarle todas las constelaciones que saben los niños de bachiller. Ella se hacía la interesada, preguntando las cosas obvias que ambos conocían, colocándose delante de él, apoyando su espalda contra el pecho del viejo. Cosas de una manta tan pequeña.

Ambos sabían que refrescaría pronto, y que necesitaría masajes en esos brazos desnudos. El guión de todo lo que pasaría después estaba escrito desde el empujón contra el árbol.

- Espera, voy a coger un preservativo

- No seas bobo, no hacen falta, esto es un sueño ...

I see trees of green, red roses too
I see them bloom, for me and you
And I think to myself, what a wonderful world

I see skies of blue, and clouds of white
The bright blessed day, the dark sacred night
And I think to myself, what a wonderful world

The colors of the rainbow, so pretty in the sky
Are also on the faces, of people going by
I see friends shaking hands, sayin' "how do you do?"
They're really sayin' "I love you"

I hear babies cryin', I watch them grow
They'll learn much more, than I'll ever know
And I think to myself, what a wonderful world

Yes I think to myself, what a wonderful world
Oh yeah

Títulos de crédito
Idea, argumento, ambientación, decorados, selección musical: Dangereuse
Texto: Amenofis
Fotos: gg (excepto la de la chica, que pena ...)

1 comentario:

Unknown dijo...

Ja, ja,, ja, casí me lo creo y todo....
Era tan romantico....
1001 besos estrellados...