domingo, 7 de enero de 2007

Crimen Pasional (VI)


García hizo recuento de lo que tenía hasta ese momento. Él sabía ya casi todo lo que tenía que saber, pero quería pasarle ese informe por escrito a la jueza Sacristán. Si no le pasaba un relato aburrido y largo la jueza le recriminaría por su ligereza en el trabajo, si era sistemático y metódico como ese pedazo de hielo con el que tenía que trabajar encontraría de nuevo el resquicio por el que hincarle el diente. No entendía aún como se le había resistido. No solía pasar eso. Sobre todo con estas chicas jóvenes. Un hombre de su experiencia, con su historial y con su físico, para qué negarlo, solía convencerlas pronto de que lo mejor que les podía pasar era irse a la cama con él.


Sabía que más pronto que tarde la jueza pasaría por ese trago. Eso sí, siempre que no apareciese ningún lechuguino de tres al cuarto que le levantase la pieza. El pobre López le confesó después de una tarde de mus, borracho, que estaba enamorado de ella. Pobre diablo. La primera vez que bebe y se desnuda ante un canalla como García. Aquel día le dio ánimos a López, insiste, insiste, invítala a café y le sueltas de golpe que te la quieres follar, así es como lo hago yo, y ya ves que bien me va. Creo que nunca se atreverá a eso, y también sé que no es una táctica que funcione con Sacristán. Hay que impresionarla primero con lo que le gusta, el trabajo bien hecho. Y luego ir a por ella. Joder. López lo hace de puta madre. ¿Se la estará tirando?.


Volvió a su escritorio y creó el documento HomicidioGonzalezFernando.doc, no entendía esa moda de los paneles que se veían en las series de televisión. Él, que siempre trabajaba solo, necesitaba un bloc, y desde la informática, un procesador de textos. Esto era suficiente para ordenar sus ideas.




1.- El revólver. Colt 38, arma clásica americana, aunque no muy común aquí en Europa. Hay huellas de una persona, la mujer posiblemente. Si no está fichada, más que probable, no tendremos nada. Los de balística confirmarán lo que imagino, está limpia. El número de serie nos llevará a un comprador fantasma en una tienda ignota de los EE.UU. ¿Mi teoría? La vendió un soldado americano a cualquiera de los bajos fondos.


2.- El ordenador de Fernández. Los de informática están pasando a papel todos los registros de chat, correos electrónicos y páginas más visitadas. Ya me han dicho que mantenía contactos frecuentes, amistosos, con al menos veinte personas. Casi todas mujeres. Las cinco que yo conté deben estar ahí. Quizá los mensajes más interesantes aún no hayan salido. Las cartas de amor con esa chica son muy llamativas, pero ella está totalmente descartada. Vive demasiado lejos.


3.- La etiqueta de la pistola. Esto es más interesante, aunque no hay huellas tampoco. Sin embargo, será determinante para cazar al que regaló y al que escribió el texto. Si le pillamos, claro.


4.- El libro con la dedicatoria, la foto del scáner, la bufanda sobre el perchero de la entrada, la botella de Bayley's, esos dos vinilos destrozados, y el fondo de pantalla deberemos encajarlo con las cuatro mujeres. Habrá que cruzarlo todo con lo que nos dé el ordenador. De la quinta en la casa sólo tendremos el revólver. Era la primera vez que venía.

(Continuará ....)

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