sábado, 6 de enero de 2007

Crimen Pasional (VII)

- ¿Envenenado? ¿Qué chorrada estás diciendo?
- El cuerpo presenta manchas de vómitos recientes en el pecho, de la apreciación olfativa se deduce bilis, además ... Date la vuelta coño, mira que pesas.
- Eres el forense menos trabajador que conozco ...
- No jodas ¿Te han hecho muchas autopsias?
- Vete a la mierda.
- En la región anal también se observan manchas de excrementos diarreicos. La suma de los dos episodios nos muestra un cuadro gastroentérico clásico ..
- Mierda, mierda, mierda. Así que además de fiambre, estoy cagado. Joder, la pesadilla de mi madre hecha realidad. Que un médico me pille cagado.
- Calla, coño. Que no es culpa tuya. Que estás envenenado. Te quedaban un par de horas para diñarla.
- ¿En serio?. Que hijas de puta, que hijas de puta ....
- ¿Quiénes? Cuéntame ...
- No diré una palabra más si no es ante mi abogado.

López rompió a reir a carcajada limpia. ¡¡Cuánto mal ha hecho el cine!!. El pobre diablo pensaba que le perjudicaría contarle algo de lo que ni era culpable. Es más, era la víctima. Aún así se quedaba con aquello de "todo lo que diga podrá ser utilizado en su contra". ¿Qué más le podría pasar?. En fin, tics de recién asesinado, ya iría tomando conciencia de su verdadero estado. Observó detalladamente la espalda, buscando algo que se saliese de lo normal. Pronto tendría que acometer la apertura de la caja y el cerebro, y no quería pringarlo todo antes de estar completamente seguro de no olvidar nada.

- Coño, y esto qué es
- Un tatuaje ¿no has visto nunca ninguno?
- No sé, no pareces un tipo de llevar tatuajes
- Pues por eso está escondido ahí, para que no lo vea nadie.
- Jajaja, tendré que abrirte un poco el culo para poder leerlo.
- Ya me han dado bastante por el saco, un poco más ...
- "Apasionada 1.970" ¿Qué significa ésto? En el 70 eras un mico.
- Que se entere el poli ese gilipollas, que tan listo es.

López tenía que seguir con la autopsia, fotografió el tatuaje, luego el bisturí pasaría por ahí.
Lavó cuidadosamente el cuerpo y volvió a girarlo. Finalmente, introdujo el escalpelo por el abdomen. Fue extrayendo los intestinos y colocándolos en la bandeja de cristal. Las nueve de la noche y aún quedaba todo el trabajo. Pensó en el disparo, en el veneno. No podía evitar pensar en las circunstancias del crimen aunque sabía que lo único importante en ese instante era el trabajo científico, aplicado, metódico, sobre ese cadáver de la losa. López era un científico. Y, a veces, no tanto.



Dió a play y esa canción, la que llevaba sonando desde el día de su cumpleaños, inundó el pequeño Clio azul. "No sabía yo que eeeraa ..." Mientras conducía repetía el estribillo nerviosamente, intentaba olvidar dos ruidos muy cercanos. El estruendo del disparo de un 38 y como suena un cuerpo cuando cae sobre su propia espalda. Un cigarro, y con ese otro, y otro. En el CD, la función repeat, "No sabía yo que eeeeraa" Debía llegar pronto a casa, pensar, pensar, pensar. Aunque no tenía ninguna duda. Él la había traicionado.

Justo en aquel cruce, con el semáforo en rojo, recibió un sms. Sin dejar de mover nerviosamente la cabeza lo leyó "¿Lo has hecho? ¿Estás loca?".



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